Más de cien años han pasado desde los sucesos conocidos como las Huelgas de Cananea, Río Blanco, y de los llamados Mártires de Chicago; que dieron origen al movimiento obrero organizado en México, y a su vez a la movilización sindical. Y si bien ya no trabajamos bajo formatos de horas inhumanas, o en un sistema de explotación, y el mundo laboral sigue cambiando constantemente, de la mano de los derechos para las y los trabajadores, que hoy son una realidad, las deudas históricas con las y los trabajadores aún no están saldadas; la lucha diaria por el bienestar, la paz laboral, la vida digna y la justicia social sigue vigente, sigue viva.

Actualmente, desde la Confederación de Trabajadores de México, la CTM, encabezada por el Senador Don Carlos Aceves del Olmo, estamos en la constante búsqueda de mejorar las condiciones de las y los trabajadores, bajo el ideal de vida, no sólo buscamos condiciones laborales dignas o amenas, sino también un panorama de bienestar general, que aluda a los principios de una vida y un trabajo decente. Impulsamos iniciativas desde las Cámaras de Senadores y Diputados que permitan posicionar a México como un referente de la justicia social.

Propuestas como, por ejemplo, la impulsada por mi líder y Secretario General de la CTM,  el Senador Don Carlos Aceves del Olmo, que pretende eliminar el impuesto sobre la renta (ISR). Esta demanda tiene un claro objetivo y fundamento: las y los trabajadores ya ven muy mermada su percepción salarial ante los impuestos y demás retenciones, como para seguir flagelando las prestaciones económicas extrasalariales, tales como las vacaciones, el aguinaldo, PTU, prima vacacional o las horas extras. Las y los trabajadores de México merecen sueldos dignos, y que el gobierno respete este hecho, sin atacar sus bolsillos. Y si el gobierno no da mejores condiciones para las y los trabajadores, que tampoco reste la oportunidad de percepción fruto de su esfuerzo y labor diaria y extraordinaria.

Liberando de impuestos estas prestaciones, no sólo mejoramos la percepción salarial, sino que también elevamos la productividad, comprometiéndonos con una mejor calidad de vida, y teniendo felices a las y los trabajadores de México, y abriendo el paso a la inversión, gracias a los altos estándares que alcanzaremos, cerrando un círculo de mejoría constante, de bienestar integral y de justicia social.

Esa es nuestra lucha, y es el deber al que nos sumamos todas y todos los trabajadores, para alcanzar la justicia social, y el tan llamado ideal de vida digna, pero a través de la propuesta, de soluciones, planteamientos y programas que nos hagan esto posible, impulsando la productividad con capacitación, capacidad y con empatía para entender, con tacto, las necesidades y los trabajadores y tomando cartas en el asunto. Ese es nuestro compromiso, el bienestar del país, porque si le va bien a México le va bien a las y los trabajadores; pero avanzando día a día con sentido social y humano, entendiendo las problemáticas y con soluciones integrales en beneficio de ellos y de sus familias.

Este Primero de Mayo, las y los trabajadores de México alzamos la voz, alzamos nuestro puño en alto, demandando mejorías que avancen acorde a los tiempos que vivimos, a las demandas y subsanando la deuda histórica existente, que se ha ido cubriendo, pero que sigue vigente y no descansaremos hasta erradicarla; porque por las y los trabajadores existimos, y por ellos hay que hablar. ¡Por ellos todo, sin ellos nada!

Diputado federal

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